El Instituto (profesores del mismo), acaban de participar en las X Jornadas sobre Patrimonio de los Institutos Históricos, Asociación que presido como ya he apuntado en otras ocasiones, y su comunicación, que transcribo más abajo, versa precisamente sobre esa exposición. Yo mismo les comenté previamente la labor no sólo de algunos de los ya citados en la entrada del blog, sino hasta la de un hermano mío, Federico.
Las comunicaciones a dichas Jornadas están a disposición en la web, por lo que sin impedimento os la traslado. www.asociacioninstitutoshistoricos.com ir a Jornadas realizadas, X Jornadas.
Pero se me viene a la memoria aquello de que "los éxitos tienen varias paternidades, los fracasos son huérfanos", con lo que concluyo en que la exposición tuvo que ser un éxito, de nuevo enhorabuena.
El lector que saque sus conclusiones.
Luis Castellón
COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
El navío didáctico de San
Telmo. Gaona y el mar Rafael Maldonado Majada
& Francisco Ángel Pareja Pareja
I.E.S. Vicente Espinel.
Málaga.
Resumen: El I.E.S. Vicente Espinel de Málaga celebró en noviembre
de 2015 una exposición y una serie de actividades paralelas, que tenían como
objetivo recuperar la memoria de las enseñanzas náuticas que se impartieron en
la ciudad. Esta comunicación narra el contenido de la muestra ubicada en el
Aula de Náutica del Instituto, centrándose en el principal elemento patrimonial
de la exposición: la corbeta didáctica del siglo XVIII que usaban los alumnos
en sus clases de Maniobra, junto a otros elementos relacionados con el mar y la
navegación.
La exposición: objeto
La corbeta didáctica del
antiguo Colegio de San Telmo regresaba al Instituto Vicente Espinel el pasado
26 de mayo de 2015, después de diecisiete años en los que estuvo expuesta en el
Castillo de Gibralfaro. La recuperación de esta singular pieza era una
magnífica ocasión para plantear una exposición que enseñara a la ciudadanía la
trayectoria que tuvieron las enseñanzas náuticas en Málaga, desde la fundación
en 1787 del Real Colegio de San Telmo hasta su desaparición en 1924 en el
Instituto Provincial de calle Gaona.
La organización no pretendía
exponer el navío de forma aislada, sino aprovechar esta oportunidad para
contemplar la corbeta junto a los documentos, objetos y fotografías que
explican su historia. Otra cuestión reseñable es que, una vez concluida la
exposición temporal, el espacio expositivo se mantendría de forma permanente,
pues gran parte del patrimonio exhibido en la muestra es propiedad del
Instituto.
Meses después de la llegada
del barco, entre el 6 de noviembre y el 4 de diciembre, se abrieron las puertas
de la exposición “Gaona y el mar. El Real Colegio de San Telmo y las enseñanzas
de náutica en el Instituto de Málaga”. La sala dedicada a la muestra, bautizada
como “Aula de Náutica”, se sitúa en la primera planta del inmueble y se ha
acondicionado para su nueva función. Esta dependencia, que pertenecía a la
antigua casa de don Baltasar Guerrero, fue levantada en los inicios del siglo
XVIII y constituye el núcleo más antiguo de la suma de edificios que forman el
actual centro de enseñanza. Cabe señalar que junto al Aula de Náutica se
encuentra el archivo, lugar que atesora una valiosa documentación
imprescindible a la hora de investigar la historia de la institución.
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COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
El navío didáctico de San
Telmo
Hace casi 35 años, el domingo
20 de diciembre de 1981, el periódico SUR de Málaga publicaba un extenso
artículo a cuatro columnas firmado por Francisco Pérez Triano, periodista y
colaborador del diario: “Importante hallazgo realizado por alumnas del Instituto
Vicente Espinel. Una corbeta de artesanía perteneciente a la Escuela Náutica de
San Telmo”. En él se narraba el sorprendente descubrimiento que habían
realizado un mes antes, por azar, unas alumnas del Instituto Gaona, conocido
así por el nombre de la calle en la que se ubica.
La fundación del Real Colegio
de San Telmo de Málaga en 1787 como institución competente destinada a formar
pilotos para la Armada y para la Marina mercante es uno de los acontecimientos
más notables de la Málaga del Setecientos. Málaga había experimentado en esos
años un renacer a partir del crecimiento de su agricultura. Su puerto era uno
de los más importantes del Mediterráneo, pero el monopolio del comercio con las
Indias, que poseía Cádiz, dificultaba sobremanera la salida de sus géneros. En
1778 se produce la liberalización del comercio con las Indias, decisión
promocionada por el ministro malagueño José de Gálvez. Es en este contexto en
el que se promulga, en 1787, la Real Cédula de Carlos III fundando el Real
Colegio de San Telmo de Málaga.
La formación práctica de los
jóvenes aprendices en el mar era fundamental (se exigía un mínimo de cinco
campañas a Indias para obtener el título de piloto), pero los alumnos también
recibían enseñanzas teóricas y prácticas con métodos y materiales didácticos
muy avanzados. Entre ellos se encontraba un modelo de navío, con su arboladura,
jarcia, velamen y todo el aparejo necesario para la enseñanza práctica de las
operaciones de zafarrancho y maniobras, que luego tendrían que realizar los alumnos
en el mar.
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COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
Sobre el navío didáctico de
San Telmo los alumnos aprendían los términos técnicos de las partes de las que
se componía una nave y la finalidad de cada pieza en particular, todas
reducidas a escala, teniendo que saber manipularlas con precisión si querían
triunfar en los exámenes; de la misma manera, tenían que dominar el
conocimiento del velamen, plegando o desplegando trapo en función de la maniobra
a realizar. Ello suponía la necesidad de que el navío
fuera un elemento didáctico
tosco y resistente, en el que se subordinara la estética y la escala a la
operatividad de sus distintos elementos sobre los que debería realizarse el
aprendizaje, pues la única finalidad del modelo era que los estudiantes
practicaran en él.
La corbeta didáctica
reproducía un modelo de corbeta de guerra con veintiocho cañones de porte, de
las denominadas corbetas de pozo, pues los cañones iban colocados en barbeta, es
decir, únicamente en el puente de cubierta; sus dimensiones son disparejas:
2,73 metros de eslora entre perpendiculares -aumentando hasta 3,35 metros si
incluimos el bauprés-, 1,23 metros de manga máxima, un puntal de 0,75 metros y
una arboladura de 2,50 metros sobre cubierta; su aparejo consistía en tres
palos cruzados que soportaban velas cuadradas en el mayor y en el trinquete,
más dos en la mesana sobre la verga seca; el palo mesana aparejaba botavara y
pico para la vela cangreja.
Corbeta de San
Telmo. (Foto: Jesús Jiménez)
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COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
La maqueta contaba con
multitud de detalles técnicos que funcionaban perfectamente, pues debían
permitir su manejo por los estudiantes. El timón estaba operativo. Igualmente
funcionaban las bombas de achique, los pescantes y los cabrestantes. La
arboladura, construida fuera de escala, permitía ser manejada con relativa
facilidad, según la maniobra a realizar. Se trataba de que el barco resistiera
las manos -hábiles o no- de los jóvenes aprendices, por lo que se construyó
bastante fuerte, dándosele más importancia a la obra muerta. La mayoría de los
barcos de la época tenían elementos decorativos muy característicos, que no
existen en la embarcación didáctica.
La concepción de la corbeta
como un material didáctico de uso cotidiano durante más de ciento veinte años
hacía imprescindible un mantenimiento periódico, así como su sometimiento a
reparaciones de mayor calado cada cierto tiempo. Los avances en las ciencias
náuticas también debían reflejarse en la maqueta, evitando el riesgo de que el
paso del tiempo la convirtiera en un elemento anticuado y anacrónico, en un
objeto inútil muy alejado del propósito docente para el que fue construido.
Aunque a partir de mediados del siglo XIX las embarcaciones a vela fueron
gradualmente desapareciendo del intercambio comercial, todas las escuelas de
Náutica europeas mantuvieron como elemento esencial de sus enseñanzas el
conocimiento a fondo de la navegación a vela.
El Colegio de San Telmo prestó
sus servicios a la ciudad hasta su supresión, en 1847. Un año antes, en 1846,
había sido fundado el Instituto Provincial de Segunda Enseñanza. En 1847, a
pesar de la resistencia de los comerciantes de la ciudad, el Instituto absorbió
las enseñanzas de Náutica. Desde entonces y hasta 1924, fecha de su definitiva
desaparición, los estudios de Náutica siguieron impartiéndose en el Instituto
de Málaga. A la calle Gaona se trasladó todo el material didáctico
correspondiente a esas enseñanzas.
No conocemos en qué lugar
exacto del edificio de calle Gaona estaba situada la maqueta en los años en los
que permaneció allí como elemento didáctico. Las numerosas modificaciones
arquitectónicas realizadas en el interior del edificio desde el año 1924, fecha
en la que se clausuraron definitivamente las enseñanzas de Náutica, nos impiden
contar con elementos a partir de los cuales pudiéramos deducir la ubicación
exacta de la clase en la
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COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
que ésta se encontraba.
Tras
el cierre definitivo de los estudios de Náutica en 1924, todo el
material didáctico
perteneciente a dichos estudios -integrado en el denominado “Caudal de San
Telmo”- fue depositado en un aula del edificio de calle Gaona. Finalmente, el
modelo didáctico quedó abandonado en un viejo almacén junto a objetos de
agricultura, y definitivamente olvidado poco tiempo después.
Es muy probable que este tipo
de navíos formaran parte de la dotación didáctica de las distintas
instituciones creadas en la Edad Moderna para la formación de marinos civiles o
militares, aunque no tenemos constancia de ningún otro que haya sobrevivido al paso
del tiempo. Por otro lado, a partir de 1901 los Institutos Provinciales de
Segunda Enseñanza fueron transformados en Institutos Generales y Técnicos, con
la pretensión de reunir en ellos tanto los estudios de Bachillerato como las
enseñanzas profesionales de grado medio (Magisterio, Comercio, Náutica, etc.).
Desde esa fecha y hasta 1914, los estudios de Náutica solo se siguieron
ofreciendo en los institutos de Baleares, Málaga, Gijón, La Coruña, Cádiz,
Valencia y Alicante. En ninguno de ellos se ha conservado un patrimonio
semejante.
Pocos meses después del
descubrimiento, la Liga Naval Española elaboró un informe en el que, tras darse
una visión general del estado del barco, se clasificaba el modelo detenidamente
teniendo en cuenta su construcción como modelo para prácticas, se exponía su
lamentable estado de conservación, se realizaba una valoración histórica y
artística y se elaboraba una propuesta de trabajo para conseguir su
recuperación. Pero la Liga Naval fue incapaz de conseguir la completa restauración
de la corbeta. Hasta 1998, diecisiete años después de su descubrimiento, no se
emprendió un proyecto integral de restauración, ejecutado a cargo del
Ayuntamiento de Málaga, otorgándose como compensación por parte del Instituto
–considerado en todo momento legítimo propietario de la maqueta- la cesión para
la exposición de la misma durante 10 años en el centro de interpretación del
Castillo de Gibralfaro. El informe de la restauración realizada entre mayo y
junio de 1998 proporciona numerosos datos sobre los materiales utilizados en su
construcción, la policromía aplicada y las técnicas constructivas empleadas, y
realiza una valoración rigurosa sobre los daños de la maqueta y los factores
que los
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COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
provocaron.
Las décadas de abandono -los
casi sesenta años transcurridos desde el momento en el que el modelo dejó de
ser útil, pasando a ser un objeto con el que ya no había que tener ninguna
precaución, hasta que se inicia su consideración como patrimonio cultural- en
condiciones deplorables de almacenamiento facilitaron su deterioro extremo, y
las erróneas intervenciones restauradoras realizadas sobre la maqueta en los
años 80 no lo corrigieron adecuadamente. El equipo de la LNE que se hizo cargo
de ella actuó sin un claro criterio restaurador, optando por sustituir
elementos originales en la práctica totalidad del casco, lo que podía haberse
evitado de haber prevalecido el mantenimiento y recuperación de los restos
materiales conservados por encima de cualquier otra consideración funcional o
de integridad formal.
El informe de restauración de
la maqueta es terminante: “La maqueta naval de San Telmo estaba construida en
origen con materiales y técnicas lo suficientemente avalados por la experiencia
de los oficios como para asegurarle una duración indefinida en condiciones
óptimas de conservación”. Por tanto, son los factores de origen humano los que
han causado los daños más graves.
Cuando el año pasado desde el
I.E.S. “Vicente Espinel” se planteó organizar la exposición “Gaona y el mar. El
Real Colegio de San Telmo y las enseñanzas de Náutica en el Instituto de
Málaga”, teníamos claro que la exhibición de la maqueta debía ser el elemento
central de la muestra. Es intención del centro dedicarle un espacio permanente
donde pueda ser admirada en su integridad después de más de cien años. Por
ello, el Instituto propuso al Ayuntamiento la resolución del Contrato de
Depósito y Obligación de Restauración, firmado en el año 1998. El 26 de mayo de
2015, día de san Felipe Neri, el navío de San Telmo regresó al caserón
filipense de calle Gaona.
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Gaona y el mar. La exposición
Es evidente que cuando el
visitante entra en el aula dirige su vista hacia el barco. Sin embargo, el
interés de este espacio es contar mucho más. Los contenidos de la exposición se
visualizan a través de un documental realizado por el profesor Rafael Maldonado
y se estructuran en torno a siete áreas temáticas, representadas cada una de
ellas por un panel explicativo bajo los siguientes títulos: Málaga y su puerto
en la encrucijada de fin del siglo XVIII, El Colegio de San Telmo: Origen y
organización, El navío didáctico de San Telmo, El Caudal y el Acueducto de San
Telmo, Los nombres del Colegio, El viaje de prácticas y Las enseñanzas de
Náutica entre 1847 y 1924.
Vista general
del Aula de Náutica. Noviembre 2015. (Foto:
Jesús Jiménez)
El recorrido comienza con un
acercamiento al contexto histórico de la actividad portuaria de Málaga durante
el reinado de Carlos III. De los primeros pasos del Real Colegio de San Telmo
se muestran varios documentos especialmente valiosos, como la cartela conmemorativa
de su fundación, realizada en madera dorada y conservada en el Instituto
Nuestra Señora de la Victoria.
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COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
Asimismo, se narra el plan de
estudios que seguían los colegiales, la metodología o los materiales
utilizados. Destaca el libro de las Ordenanzas emitidas en 1787 donde se
regulaban los horarios, la vestimenta, la alimentación o el régimen de premios
y castigos que seguían los alumnos.
Por último, contamos con la
reproducción de un plano del edifico de principios del siglo XIX procedente del
Archivo de la Marina Española “Álvaro de Bazán”. Gracias a él, podemos observar
la distribución física de los espacios que se daba en el primitivo Colegio de
San Telmo. De hecho, un aula del inmueble estaba bautizada como “Sitio del
Navío y obrador de Maniobra”.
El siguiente eslabón de la
exposición se centra en el análisis de la gestión económica de la institución,
teniendo una especial trascendencia la relación que tuvo la escuela náutica con
el Acueducto de San Telmo. Junto al panel explicativo, contamos con un arca o
caja fuerte de hierro de tres llaves del siglo XVIII, perteneciente al
Instituto Vicente Espinel, cuya existencia ya estaba requerida en las primeras
ordenanzas de la institución.
Seguidamente, se describe el
viaje de prácticas hacia América que debían realizar los alumnos para culminar
sus estudios. Finalizada la travesía, los capitanes de los barcos certificaban
los méritos adquiridos y el colegio examinaba al alumnado para expedir su
titulación de piloto o pilotín. Además, el archivo del centro cuenta con
documentos como un impreso de la Real Ordenanza que fijaba las obligaciones que
debían seguir los colegiales durante la navegación.
Son miles los protagonistas
que pasaron por las aulas de San Telmo y por el edificio de calle Gaona, en
calidad de profesores o alumnos. Por esa razón, sólo se narran algunos ejemplos
que nos sirven para ilustrar la vida de la institución. Sobre los alumnos, se
describen los dos tipos que existían. En primer lugar, estaban los porcionistas
de pago, procedentes de familias acomodadas. El segundo grupo lo formaban los
colegiales de número, que eran la mayoría de los matriculados y que procedían
de familias humildes. Esta información se ilustra con un fragmento de la ficha
del colegial Manuel Ortega o con la documentación del italiano Melchiore
Quarteraro.
Para acabar esta sección, los
fondos del archivo del instituto han hecho posible mostrar parte de la vida de
algunos alumnos como Pedro Blanco. A través de su hoja de estudios, podemos
conocer su descripción física, sus
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COMUNICACIONES DE LAS X JORNADAS DE INSTITUTOS HISTÓRICOS (TERUEL, 30-VI AL 3-VII DE 2016)
datos familiares y los
resultados académicos que obtuvo, hasta su embarque en 1810 para realizar un
viaje de prácticas que no concluyó. En ese momento se asentó en Cuba, donde
años después se convirtió en uno de los mayores traficantes de esclavos del
siglo XIX. Su llamativa biografía, sirvió para que en 1933 el escritor Lino
Novás novelara su vida bajo el título de “El negrero”.
El último capítulo de este
periplo analiza la historia de las enseñanzas náuticas desde el cierre del
Colegio de San Telmo en 1847 hasta la desaparición de la última escuela de
calle Gaona en 1924. Durante este periodo, los citados estudios se ubicaron en
el recién nacido Instituto Provincial, al que se mudaron los alumnos, los
profesores y los materiales didácticos, entre los que estaba el navío.
Esta etapa ha dejado huellas
en el archivo del Centro que están presentes en el Aula de Náutica. De hecho,
se ha incorporado en una de las paredes una frase extraída del discurso u
oración inaugural del curso de 1850- 1851, que constata la convivencia en el
mismo edificio de ambas enseñanzas. El texto dice así: “El Instituto de Málaga
(...) ha llegado a ser uno de los mejores de España, pues además de las
asignaturas que comprende la Segunda Enseñanza, quizá sea el único en que se
enseñe Náutica”.
En la exposición se muestra
una colección de cartas de navegación que se utilizaban en las clases y un gran
mapa físico del hemisferio oriental, que procede de los fondos cartográficos
conservados en el Departamento de Geografía e Historia.
Desgraciadamente, de los demás
instrumentos necesarios para la docencia que tuvo la escuela no conservamos
nada. No obstante, hemos tenido la gran suerte de contar con préstamos de
objetos relacionados con la navegación y la formación náutica, que fueron
cedidos por diferentes colecciones particulares de la ciudad.
Conclusiones
A lo largo del mes que ha
estado abierta la muestra, se ha desarrollado un completo programa que ha
incluido visitas guiadas a los edificios del antiguo Colegio de San Telmo y del
instituto de calle Gaona. Se ha hecho un esfuerzo en la divulgación de
contenidos a través de los medios de comunicación y de varias publicaciones
como las revistas “Cuadernos del Rebalaje” e “Isla de
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Arriarán”. Además, han tenido
lugar varias mesas redondas y una conferencia que se han acercado al pasado y
al presente y se han asomado al futuro del mar en nuestra ciudad.
El departamento de Geografía e
Historia del I.E.S. “Vicente Espinel” se ha marcado como objetivo a medio plazo
la redacción y edición de materiales didácticos que faciliten una visita a los
contenidos de la exposición. Estos materiales se difundirán a través de la
Delegación de Málaga y del Centro de Profesores entre todos los colegios e institutos
de la provincia.
Por último, nos planteamos,
con el apoyo de la Administración, realizar una oferta desde el Instituto de
estudios profesionales dirigidos a actividades náuticas, actualmente muy escasa
en Andalucía y muy concentrada en Cádiz, vinculando así nuestro futuro a las
raíces que arraigaron hace ya más de doscientos años en nuestra historia.