Los apellidos Pogonoski, García
Rodeja, Muñoz-Cobo, Blanco o Ramudo me eran muy familiares porque mi madre los
mencionaba con frecuencia en aquellos lejanos años de mi infancia. Ella los
conocía porque formaron parte del claustro de profesores del Instituto General
y Técnico de la calle Gaona 1 (en algunos periodos calle Moreno Rey 1 en honor
del que fuera catedrático de matemáticas don Santiago Moreno Rey en el tránsito
de los siglos XIX y XX)
Cuando mi madre comenzó sus
estudios de bachillerato en el instituto el director era, desde 1918, don Luis
Muñoz-Cobo Arredondo y se completaba el equipo directivo con don Julio
Fernández Ramudo como vice-director, don Alfonso Pogonoski Martín como
secretario y don Eduardo García Rodeja como vice-secretario. Con el
advenimiento de la República (Orden 30 de abril de 1931), fue sustituido
respectivamente por el siguiente: José María Martínez Jiménez, José Luis Bañares
Zarzosa, José Jiménez Osuna y Francisco García González. Tomaron posesión de
sus cargos el 11 de junio de 1931.
Es necesario destacar la
inexistencia, o cuanto menos la escasa presencia femenina, en el profesorado. Desde
1904 la enseñanza de la caligrafía estuvo encomendada al profesor especial don Francisco
García González, que también fue profesor auxiliar de esta disciplina en la
Escuela Normal de Magisterio. Hubo que esperar hasta 1926 para que contara con Josefa
Viso Guerrero como profesora suplente de esta asignatura. En el curso 1932-1933
fue nombrada María del Carmen
Fernández Cortés como ayudante
interina de Mecanografía y taquigrafía, que el curso anterior había sido auxiliar
supernumerario en la Escuela de Comercio de San Sebastián. El profesor especial
de esta materia en el Instituto de Málaga fue don Rufino Jiménez Guerrero.
Mi madre recibió la enseñanza
primaria en el colegio de las Esclavas y en el curso 1928-1929 inició el
bachillerato en el colegio San Fernando por el plan Callejo de 1926. Allí
recibió una excelente enseñanza de la asignatura Historia Natural por parte del
médico y ornitólogo don Eduardo Cobos Ordóñez. Este colegio fue fundado en 1840
y sus propietarios eran los Fernández del Villar, la familia materna de su
padre, dirigiéndolo por aquellos años Manuel Fernández del Villar Arjona, y estaba
situado en la calle Madre de Dios 10. Este plan de estudios estuvo vigente
durante cinco años hasta que en 1931 se restauró el plan de 1903, que nació con
una voluntad transitoria pero que se prolongó hasta 1934 dando lugar a una situación
algo caótica que debía ser resuelta por los directores del cada centro como se
contemplaba en el propio plan.
La coexistencia de dos planes de
estudio con estructuras tan diferentes la tuvieron que padecer profesores y
alumnos. El de 1926 con dos fases (bachillerato elemental los tres primeros
cursos) y bachillerato universitario (con un curso cuarto común y los dos
restantes divididos en ciencias y letras) con sus correspondientes dos exámenes
de conjunto o por grupo de asignaturas. El plan de adaptación era complejo y
estaba lleno de sugerencias a los profesores. Me referiré a una solamente: iba
dirigida a los profesores de Latín, Preceptiva Literaria e Historia General de
la Literatura advirtiéndoles “que los alumnos que el próximo curso van a matricularse
en los años tercero, cuarto y quinto, no han estudiado Lengua castellana” y exhortándoles
a que desde sus respectivas asignaturas trataran de suplir esta carencia. Bien
es verdad que en planes anteriores esta materia estaba subsumida dentro de aquellas.
Por ejemplificar con problemas concretos: la asignatura Fisiología e Higiene el
plan 1931 se contemplaba en el 5º curso y mi madre ya la había estudiado en 3º
del Plan 1926 o tener que examinarse con Pogonoski de una Lengua castellana
para cumplir con la recomendación ya aludida.
Consecuencia de todo lo dicho mi
madre tuvo que matricularse de asignaturas tanto de cuarto como de quinto en el
curso 1932-1933. Al tratarse de una enseñanza colegiada (reconocida pero no
oficial) la matrícula efectuada fue libre y se examinó, como en los cursos
anteriores, ante tribunales examinadores del que formaban parte los
catedráticos de la asignatura: don José Jiménez Osuna en Álgebra y Trigonometría
(Sobresaliente), don José Luis Bañares en Historia Universal (Aprobado), don
Alfonso Pogonoski en Preceptiva Literaria y Composición (Aprobado) y Lengua Castellana
(Sobresaliente), don Feliciano González Ruiz en Psicología y Lógica
(Sobresaliente), don Félix González Martínez en Dibujo 1º (Aprobado), don José
María Martínez Jiménez en Latín 2º (Aprobado) y don Eduardo García Rodeja en
Física (Aprobado en la convocatoria de septiembre). Terminó el bachillerato
superior con matrícula oficial cursando el sexto año en 1933-1934 en el que
recibió las enseñanzas de don Feliciano González (Ética y rudimentos de Derecho),
don Santiago Blanco Puente (Agricultura y Técnica Agrícola e Industrial), don Eduardo
García Rodeja (Química General) y don Luis Muñoz-Cobo (Historia Natural). Como
no podía ser de otro modo las peores calificaciones las obtuvo con García
Rodeja en física de quinto y química de sexto en los que le “devolvió la
papeleta”, eufemística fórmula para designar los suspensos. Como consecuencia
de este último suspenso en la convocatoria de septiembre, decidió repetir este
examen en febrero en el Instituto de Ronda y superada la asignatura se le
expedido el título el 11 de abril de 1935.
En aquellos años se incremento
considerablemente el número de alumnos que cursaron con matrícula oficial: si
en 1930-1931 fueron 156 (33 mujeres), en 1931-1932 se incrementó hasta los 378
y en 1932-1933 se alcanzaron los 566. Entre otros fueron condiscípulos de mi
madre: Eduardo Magno García (Médico), Juan de Pablo Maravillas (Médico),
Antonio Padilla Villalobos (Médico), Diego Narbona Márquez (Médico), Enrique
Llovet Sánchez (Diplomático y dramaturgo, vecino de calle San Agustín 10),
Joaquín Carrillo Casaux (Abogado y hermano de mi padre), Juan Aurioles Carrillo
(primo de mi padre), María del Carmen Zerón de Torres (prima de mi madre), Isabel
Ruiz Narbona (Maestra Nacional), Pedro de Castro Ibáñez (Practicante).
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Luis Muñoz-Cobo Arredondo nació en Torreperogil (Jaén) el 9 de
noviembre de 1884. Era hijo de Luis Enrique Muñoz-Cobo Arredondo catedrático de
Ciencias Naturales y Director del Instituto de Jaén. Licenciado en Ciencias
(Sección Naturales) por la Universidad Central y Doctor con la tesis “Estudio
de investigación sobre el arrollamiento de las conchas” defendida y publicada en 1905. Socio numerario de la Sociedad
Española de Historia Natural desde 1902. Catedrático de Historia Natural y
Fisiología e Higiene en el Instituto de Baeza el 22 de abril de 1905, con
traslado al de Málaga en 1910. Ocupó la dirección del Instituto entre 1918 y
1931. Fue propietario y director de la revista El Instituto de Málaga que se publicó entre 1929 y 1931. Comendador
de la Orden de Alfonso XII en enero 1931. Por decreto de 22 agosto de 1936 fue
cesado por el Gobierno de la República. Su expediente de depuración se resolvió
confirmándole en su cargo en fecha 4 de mayo de 1939. Se trasladó al Instituto
San Isidro de Madrid ese mismo año. Falleció en Madrid el 12 de noviembre de
1962. Aparte de su obra literaria, especialmente poética, fue autor de manuales
didácticos: Nociones elementales de historia
natural (Madrid, 1912), Apuntes de
organografía y fisiología humana. Anatomía general (Málaga, 1926), Ciencias físico-naturales (Madrid, 1946)
José Luis Bañares Zarzosa había nacido en Logroño el 10 de octubre de 1897. El 21 de junio de 1927 obtuvo
la cátedra de Geografía e Historia del Instituto Jovellanos de Gijón. En mayo
de 1930 permutó con su padre José Bañares Magán sucediéndole en la cátedra de
Málaga. Fue depurado imponiéndosele la sanción de un año suspenso de empleo y
sueldo, traslado e inhabilitación para ocupar cargos representativos o de
confianza el 20 de abril de 1939. Tras su reincorporación pasó a ocupar la
cátedra en el Instituto femenino. Falleció en Málaga el 23 de abril de 1960.
José María Martínez Jiménez nació en Cuenca el 24 de mayo de 1892.
Nombrado catedrático de Latín del Instituto de Jaén el 2 de junio de 1920. Se
trasladó a Málaga para ocupar la vacante producida por jubilación o defunción
de José Estrada Prieto. Fundador en Málaga del Partido Republicano Radical
Socialista en 1929. Concejal Ayuntamiento de Málaga por la conjunción
republicano-socialista el 12 de abril de 1931. Diputado a Cortes constituyentes
en 1931 formando parte de la conjunción republicano-socialista y miembro de la
comisión de Instrucción Pública. Pertenecía a la logia masónica Pitágoras nº
25. El Tribunal Nacional de Responsabilidades Políticas lo suspendió de empleo
y sueldo y separación definitiva del servicio por resolución 14 de diciembre de
1937. Al parecer estaba en Cuenca al comienzo de la guerra perdiéndosele la pista
ese mismo año. Fecha y lugar de fallecimiento desconocida. Obra suya fue Gramática latina. I. Fonética y morfología,
II Sintaxis y estilística (Madrid,
1920)
Alfonso Pogonoski Martín nació en Madrid. Su padre, Alfonso
Pogonoski González, era profesor de matemáticas y director del Colegio San
Casiano de Madrid. Comenzó los estudios de Filosofía y Letras en la Universidad
Central en 1892, alcanzando en 1901 el grado de Doctor con una tesis titulada
“Historia de los judíos en España desde Recaredo hasta la caída de la Monarquía
visigoda e intervención que tuvieron en la reconquista que de aquella hicieron
los musulmanes”. Perteneció a “La Unión Escolar”, agrupación de estudiantes
fundada en 1900. Socio de número del Ateneo de Madrid en 1909. Obtuvo la
cátedra de Literatura del Instituto de Cuenca el 8 de junio de 1909
trasladándose al de Málaga en 1915. Durante la Dictadura de Primo de Rivera fue
teniente de alcalde (concejal) de Ayuntamiento de Málaga. Vocal del Consejo
Nacional de Cultura en febrero de 1934. Por decreto de 22 agosto de 1936 fue
cesado por el Gobierno de la República. Falleció en Badajoz el 10 de noviembre
de 1954. Sus obras más significativas fueron: Compendio de gramática castellana (Madrid, 1913), Gramática castellana (Madrid, 1913), Análisis gramatical (Madrid, 1915) y
Ensayo de un primer curso elemental de la literatura (Madrid, 1916)
Feliciano González Ruiz nació en Almería en 1872. Estudio cuatro
cursos en el Seminario Diocesano de Almería y Filosofía y Letras en Granada entre
1889 y 1891. Se doctoró en 1896 en Filosofía y Letras en la Universidad Central
con una memoria titulada “Exposición y crítica de la teoría platónica de las
ideas”. En 1895 fue firmante a
diversas cátedras de francés en Institutos y Escuelas de Comercio y en 1897 una
cátedra Geografía e Historia de Instituto. En 1898 opositó a las cátedras de
Psicología de los Institutos de Logroño y Tapia y aunque no las obtuvo fue
votado por el tribunal el nº 1 por sus meritos de los 16 restantes opositores.
Fue nombrado catedrático de Psicología del de Lugo 18 de junio de 1902. En 1918
también concursó al traslado de la cátedra de Filosofía en Instituto San Isidro
de Madrid. Ocupación fugaz de la cátedra de Córdoba entre febrero-septiembre de
1916 regresando al de Lugo. Se trasladó al de Málaga estando constatada ya su
presencia en 1925. Durante la Dictadura de Primo de Rivera fue Concejal del
Ayuntamiento dimitiendo en 1926. En 1929 fue ganador del concurso de libros de
texto convocado por el Ministerio (Bachillerato Universitario), 2º de ética,
con el lema “In te Domine speravi”. Por decreto de 22 agosto de 1936 fue cesado
por el Gobierno de la República. Por resolución de 26 de junio de 1940 su
expediente de depuración se resolvió confirmándole en su cargo. Católico,
apostólico, romano “hasta la medula” y muy cercano a los círculos tradicionalistas.
Fue jubilado en 1941. Lugar y fecha de su fallecimiento desconocida. Autor de Elementos de psicología, lógica y ética (Lugo,
1905), Elementos de filosofía del derecho
(Ética especial) (Málaga, 1925) y Ética
(Madrid, 1929)
José Miguel Jiménez Osuna nació en Madrid. Comenzó sus estudios de
Ciencias Naturales en la Universidad Central en 1909 alcanzando el grado de
Doctor en 1917 con la tesis “Aplicaciones matemáticas a las ciencia naturales”.
Al mismo tiempo cursó varias asignaturas en la sección de Ciencias Exactas y
era Maestro Nacional. Nombrado catedrático de Matemáticas del Instituto Teruel
el 9 de mayo de 1921, pasó después al de Toledo y el 27 de febrero de 1928 al
de Málaga. Resuelto su expediente de depuración se le confirmó en el cargo el
23 de noviembre de 1938. Está constatado que aún vivía a finales de 1960. Fue
autor de diversas obras la mayor parte manuales de matemáticas para la
enseñanza media: Recreaciones matemáticas
en el campo de las Ciencias Naturales (Toledo, 1921), Matemáticas elementales para la enseñanza media: Aritmética, Geometría (Madrid-Granada,
1923-1925) y Nociones de Álgebra y
Trigonometría (Madrid, 1929)
Félix González Rodríguez venía ocupando el cargo de Profesor
suplente de Dibujo con anterioridad a 1911 en el Instituto de Huelva, pasando después
a ser profesor ayudante repetidor. El 18 de junio de 1918 fue nombrado catedrático
en el Instituto de Soria y después en Cádiz. El 18 de julio de 1925 por
traslado a Málaga para cubrir la vacante generada por la jubilación de Leoncio
Bory de la Cruz en noviembre de 1922. Depurado resolución 23 de noviembre de
1937 se le sancionó con traslado e inhabilitación para ocupar cargos; presentó
recurso el 24 de febrero de 1940 y se le levantó la sanción. Como en 1943 la
cátedra de Dibujo está ocupada por Carlos Jesús Mielgo Hergueta debió fallecer
o jubilarse antes de esa fecha.
Observaciones: 1) Omito las
reseñas biográficas de Santiago Blanco
Puente y Eduardo García Rodeja que
ya disponen de amplias referencias en este blog y 2) No aporto las biografías
de otros profesores que no han tenido una mención relevante en el texto.