“Tuvieron
actuación destacadísima en el rescate de los heridos el Regimiento de
Infantería Ceuta de guarnición en Ronda”. Con estas palabras el diario ABC (Madrid) de 29 de abril de 1966 (p.
79) hacía referencia al comportamiento del Regimiento Ceuta 54 en la
humanitaria tarea de rescatar a los lesionados en un trágico accidente. Nada
más llegar la noticia del mismo, ocurrido sobre las cuatro de la tarde en el
lugar conocido como El Pantano en Montejaque, el Primer Jefe Coronel Joaquín
Amores Navarro nos movilizó. Me incluyo en esta movilización porque en ese
momento yo realizaba el periodo de prácticas de la IPS y estaba destinado como
médico en este regimiento recién trasladado a Ronda desde Ceuta.
En
la mañana del día 27 de abril partió desde Málaga una excursión artística para
visitar la Cueva de la Pileta. Casi todos eran alumnos de sexto curso de
bachillerato del Instituto Nuestra Señora de la Victoria y por tanto cursaban
ese año la asignatura de “Historia del Arte y de la Cultura”, a los que se
sumaron cuatro del curso Preuniversitario. Viajaban en un autobús Seida de
motor Pegaso propiedad de la empresa Olmedo que había sido matriculado en
febrero del año anterior (MA-43917) y lo conducía don Diego Olmedo Gaitán. Al
frente de la expedición iba la profesora de Lengua y literatura doña Elena
Villamana Peco, acompañada por don Francisco López Ruiz, catedrático de Lengua
griega y la joven profesora adjunta interina de Geografía e Historia doña María
Victoria Serrano Zambrana que había sido contratada el año anterior para cubrir
la vacante generada por la jubilación de don Ángel Blázquez Jiménez. Regresaban
a Málaga cuando cerca de la curva denominada El Hundidero el autobús cayó por
un precipicio de unos treinta metros de profundidad.
El
resultado no pudo ser más trágico: siete fallecidos (el conductor, el profesor
López Ruiz, la profesora Serrano y los alumnos Pío Verdú Infantes, José Manuel
Martín García, José Velasco López y Fernando Delgado Jerez; ocho lesionados
calificados de pronóstico grave, entre ellos la profesora Villamana; treinta y
dos menos graves y dos leves. En función de su gravedad algunos necesitaron
internamiento en el Hospital Comarcal de Ronda. Los cadáveres fueron
trasladados a Málaga, adaptándose la ambulancia del regimiento para trasladar
los de María Victoria Serrano y el alumno José Manuel Martín García que salió a las 8 de la tarde del mismo día. A medida que fueron llegando los féretros se
fueron instalando en la capilla ardiente del Instituto donde se celebró un
funeral y responso a las 6 y sepelio a las 8 de la tarde del día 28. Horas muy
dolorosas especialmente para los responsables de gestionarlas. Don Ramón
Díaz-Delgado Viaña (n. c. 1898-1988) catedrático
de Filosofía que era el director y don Jaime Molina Martínez que era el
secretario. El profesor Díaz-Delgado fue nombrado por la República vicedirector
de Instituto de Huesca en 1931 y sufrió un duro proceso de depuración política
reincorporándose a la enseñanza en el Instituto de Jaén el 1 de marzo de 1963,
trasladándose a Málaga ese mismo año. El profesor Molina era adjunto de
matemáticas desde 1962. Un año después del trágico suceso se conmemoró este
primer aniversario colocando un monolito en el lugar: un prisma de granito con
una cruz y una llama gravadas con los nombres de los fallecidos, diseño
original del profesor de dibujo don Carlos Jesús Mielgo Hergueta y realización
de Vicente Botós.
Foto proporcionada por Víctor Heredia Flores
P. S. Deseo dedicar esta entrada a Pedro Francisco Real Pascual que
afortunadamente sólo sufrió una herida en la cabeza de carácter menos grave.
Desde que su familia (sus padres Pedro Real Caro y Francisca Pascual Abolafio,
su abuela Remedios Abolafio Carrión y su hermano Miguel Ángel) trasladó el
domicilio a nuestra casa, con entrada por la calle San José 4 a comienzos de
1954, fueron unos inolvidables vecinos. A pesar de nuestra diferencia de edad
-12 años con el pequeño Miguel Ángel y 10 don Pedro Francisco- fueron muchas
las horas que jugamos juntos y yo me comportaba como si fuera un hermano de
mayor edad. Asimismo aprendí el equipamiento y funcionamiento de una imprenta y
allí nació mi interés por las artes gráficas que tan útil me ha sido a lo largo
de mi carrera profesional.
Juan Luis, aunque muy tarde, no quiero dejar de agradecerte tu entrada en el blog, que, como todas las tuyas, me parece muy cuidada y bien documentada.
ResponderEliminarEsperamos seguir contando con más participaciones tuyas
Una vez más el periodismo hace aguas, y si está en manos de becarios ya es la repera.
ResponderEliminarViene esto a cuento porque en estos días el SUR ha publicado un artículo a propósito de que se cumplen años del nefasto accidente. Tanto el artículo como los comentarios del personal que han aparecido en la web del periódico, a mi juicio han sido un manojo de despropósitos e indocumentaciones; hasta hay quién saca a la LOGSE mediante un vericueto mental. Lamentable.
Intervine y añadí un comentario invitando a consultar esta magnífica entrada en el blog de Juan Luis Carrillo. Verdad completa es que añadí también mi visita en el hospital a Dña. Elena Villamana (que ni se le cita, al igual que se omiten los nombres de los tres profesores fallecidos), acompañado por el conserje Sr. Parrado al que recordaréis muchos y de la cual salimos pálidos.
Pero claro, como eso deja en evidencia a la "calidad" del periodismo, lo que hicieron ayer fue quitar noticia y comentarios así por las buenas. Insisto, lamentable.