El número total de estudiantes que realizaron la prueba de madurez del
curso Preuniversitario en el distrito universitario de Granada en la
convocatoria de junio de 1959 fue de 904. El examen comenzó el lunes 15 de
junio que era el límite a quo previsto en la normativa que lo regulaba.
Dado que un tribunal no podía examinar a más de 300 estudiantes el rectorado
nombró tres para la prueba común, dos para la específica de ciencias y uno para
la de letras. Por el alto número de matriculación de los alumnos de nuestro
instituto fuimos examinados ante el tribunal nº 3 que presidía don Emilio
Orozco Díaz, catedrático de Historia de la lengua y de la literatura, los
vocales don David Gonzalo Maeso de Lengua y literatura hebraicas, don Juan
Sánchez Montes de Historia general de la cultura y don Agustín de Asís Garrote
de Derecho natural y filosofía del derecho, actuado como secretario el
catedrático de Derecho procesal don Jorge Carreras Llansana. Este tribunal se
encargó de la valoración de los alumnos con número de matriculación desde el
630 al 904. Yo tenía el número 803 de matrícula.
Nos coloraron en un aula, no recuerdo bien si de la Facultad de Derecho
o de la de Ciencias que se encontraban en edificios diferentes colindantes y
comunicados entre si. Esta última con entrada por la calle Duquesa y la primera
por la plaza de la Universidad. Allí íbamos a realizar la prueba escrita del
primer ejercicio que tendría una duración de hora y media y se nos repartió
para comentar un texto de unas veinte líneas que comenzaba así: “De los males
que el liberalismo introdujo en nuestra patria fueron los peores los que
afectaron directamente a la constitución social de la familia.” Era un
fragmento de un discurso del general Franco y se trataba de un texto
condenatorio del papel que había jugado tal corriente de pensamiento en la
disolución de la familia. Obviamente, lo teníamos que analizar a la luz de la
información que nos había aportado don Fulgencio Egea Abelenda.
Desgraciadamente no recuerdo como resolví una situación tan comprometida.
Cuando terminé el ejercicio entendí cabalmente la grandeza de nuestro profesor
de filosofía y mi admiración por él no ha sido pasto del tiempo. Nos dio, al
menos a mí, una gran lección de coherencia, aunque ello supusiera poner en
situación de riesgo a los estudiantes. No recuerdo si hubo algunas preguntas
relacionadas con los monográficos sobre Hernán Cortés e Italia.
Sorprendentemente
me examinó del idioma moderno (francés) el profesor Antonio Llorente Maldonado
de Guevara que era catedrático de Gramática general y crítica literaria además
de ser primo de mi tío José Maldonado Cabrero. Y manifiesto mi extrañeza porque
don Antonio era miembro del tribunal nº 2 ¿Acaso se trató de un intercambio de
alumnos cuando había un interés personal? Tuve que traducir un fragmento del
libro Comédies et proverbes de Alfred de Musset. Tengo la convicción que
fue generoso en su calificación y este hecho debió compensar la baja nota que
debieron otorgarme en la prueba escrita. Lo que escribí sobre la familia no
debió ser muy del agrado de los profesores encargados de evaluar la prueba.
Las
calificaciones de esta primera prueba aparecieron, creo recordar, el viernes 19
a última hora de la tarde. Satisfecho por el resultado decidí emplear el fin de
semana en visitar algunos lugares de Granada. Con Rafael Ángel Gil Rivas, Luis
Mezquita Bernad, Luis Camarillo García, José Manuel Bravo Muñoz, Fernando Marti
Pallarés, Antonio Maíz Martín, Juan Díaz Pardo, Antonio Lara García, Antonio
Domínguez Martín y algunos otros nos dedicamos a recorrer La Alhambra, los
jardines del Generalife y el palacio de Carlos V. Desde sus torres pudimos
contemplar toda Granada y su vega. También callejeamos y tomamos algunas
fotografías en distintos lugares de la hermosa ciudad. Fueron unas horas de
asueto y relajación preparatorias para iniciar el último esfuerzo previsto para
el siguiente lunes. La prueba específica fue realizada ante el tribunal nº 2 de
ciencias que presidía don Fermín Capitán García, catedrático de Química
analítica, el vocal don Diego Guevara Pozo, catedrático de Parasitología y
actuando como secretario don Francisco de Asís Sales Vallés, catedrático de
Estadística matemática y cálculo de probabilidades.
Afortunadamente como don Eduardo García Rodeja era un hombre muy
religioso, el cielo no podía abandonarle en aquel trance y dejarlo en
evidencia. Para el examen escrito de la prueba específica nos salieron “los
pececitos del mar”. Supongo que la mayoría de nosotros respiró, al menos ese
fue mi caso. Creo recordar que la prueba tenía algo que ver con el tema 11
dedicado al conocimiento de las grandes pesquerías españolas y mundiales. Yo
salí satisfecho de mi examen. Además visto a posteriori la composición
de tribunal con inexistencia de especialistas todo apunta hacia una corrección
cuanto menos generosa, cosa que también ocurría en el tribunal del primer
ejercicio. Tal vez esta ausencia de reales especialistas en aquellos temas
monográficos propició –al menos en la Universidad de Granada- el alto
porcentaje de aprobados en las dos convocatorias de ese año que alcanzó el
76’46%, siendo la media nacional el 56’8%.
Ya sólo quedaba la temida prueba
oral de matemáticas que se realizaba ante don Francisco de Asís Sales, el único
miembro del tribunal con suficientes conocimientos matemáticos. En mi caso se
efectuó el miércoles 24 de junio. Tuve que resolver el problema 376 cuyo
enunciado era el siguiente: “Dada la función y=√x2-a que pasa por el punto (4,0), determinar: 1º) El valor de
a, 2º) Las ecuaciones de las tangentes en los puntos de abscisa: x=5, 3º) El
área del triángulo formado por dichas tangentes y el eje de ordenadas y 4º) El
volumen del cuerpo engendrado por dicho triángulo al girar sobre el eje de
abscisas”. Se trataba de un clásico problema de geometría analítica, la parte
de las matemáticas más de mi agrado y para cuyo aprendizaje había gozado de
excelentes profesores, entre ellos don Valentín Aldeanueva. Por otra parte
conocía muy bien la función de función que específicamente había constituido el
tema 84 de ciencias en la revalida de sexto curso. En la pizarra dibujé los
ejes de coordenadas cartesianas y calculé el valor de a sustituyendo los
valores de x e y en la función
0=√(42 –a)
a=16
Continué el desarrollo del problema buscando la pendiente (coeficiente
angular) para lo cual elevé al cuadrado los dos términos de la función
y2=x2-a
2yy’=x2-a
y’=x2-a/2y
Llegado a este punto y por consiguiente sin haber alcanzado todavía tres de los cuatro resultados que se pedían, don Francisco de Asís me detuvo y me preguntó qué era y’; yo te respondí que era la pendiente obtenida por función de función y aquí terminó mi examen. Había quedado expedito el camino hacia el mundo universitario.
En esta foto se identifican: Luis Mezquita, Antonio Lara, Antonio Domínguez y Juan L. Carrillo
Identificados: Antonio Maíz, Luis Camarillo, Lara, Mezquita y Carrillo
Identificados: Ángel Gil Rivas, José Manuel Bravo, Juan Díaz, Fernando Martí, Domínguez y Carrillo