Mi estimado amigo:
No sé si sabrás que yo soy antigua alumna del " Vicente Espinel", como se llamaba el Instituto Femenino que compartía edificio con el vuestro, el Masculino, en calle Gaona. Desde preparatorio hasta Preu estudié allí y tengo gran cariño al Centro y a algunos de los catedráticos, como D. Pedro Sánchez Mantero, hermano de vuestro D. Remigio, la Srta. Sanz Cuadrado, equivalente en materia impartida a vuestra Dª Elena Villamana, - que se cuenta os decía para que atendierais: "niños,niños,....todos mirándome a mí" - , etc. Me acuerdo de D. Fulgencio Egea, de Dña.Margarita Franco, D.Luis Romero Porras, D. Valentín Aldeanueva, que nos dio clase también a las chicas ...La Vaca Griega
Como en un tiempo compartimos edificio, y como dijo Miguel Angel del Pozo el día de la celebración del 50º aniversario de la graduación de vuestra promoción, 1954-60, patio para gimnasia y deportes, siempre cuidando que no coincidiéramos, ni siquiera nos viéramos, ni de lejos, ¡ mucho cuidado !, tengo recuerdos de esa época que te pueden ser útiles para el blog.
Antes de salir al patio para la clase de gimnasia con Concha Secal, nuestro bedel se asomaba al patio, para comprobar que todos los chicos habían desaparecido por completo del mismo. Nosotras esperábamos en el zaguán que había entre la portería y el pequeño patio de la fuente encima de la escalera, hasta que nos decía que podíamos bajar.
Para conmemorar el Día del Libro, se llevaba a cabo un acto académico en el que coincidíamos profesores y alumnos de ambos Institutos. Ese día se eliminaban las clases. Creo que se instituyó cuando le dieron el Nobel a Juan Ramón Jiménez.
Recuerdo que a esa celebración se le daba una gran solemnidad. En aquel enorme salón de actos, al fondo, había una tarima a unos cuarenta centímetros de altura sobre el suelo, donde se situarían los catedráticos. A ambos lados del salón, separados por el pasillo, los alumnos. A un lado los chicos, y al otro lado las niñas.
Cuando ya estábamos situados los alumnos, haciéndose esperar, llegaban los dos Claustros, desfilando por el pasillo con sus respectivos directores al frente, y subían al estrado. Después de un discurso que aludía a la conmemoración del Día del Libro entregando ejemplares como premios a los mejores alumnos y en el que se ponía como ejemplo a los alumnos que ese año se hacían acreedores al premio por sus buenas notas del curso anterior. Luego se procedía a nombrar a cada uno de ellos, subiendo a recoger un libro entregado por el catedrático junto con un apretón de manos y enhorabuena correspondiente. Primero iban los del Instituto Masculino, después las de Femenino. Que así era como nos referíamos a nuestros Institutos entonces.
Yo no sé en vuestro caso, pero en el Femenino, el libro pasaba de profesor a profesor entregado en clase por la alumna, satisfecha y eufórica por haberlo conseguido, para que pusieran una dedicatoria y firma como recuerdo.
Aunque ahora se dice que Machado no se nombraba en las clases de aquella época, entre los libros que se regalaron, me consta que había libros de Antonio Machado y de Juan Ramón, y por supuesto que en clase de Literatura se estudiaron dándoles el mérito que tienen. La poesía de Machado la estudiamos ampliamente, como corresponde.
Bueno, por hoy no te doy más la lata. Te agradezco mucho la información sobre la muerte de Jose Antonio, que me ha impresionado mucho. Era una persona encantadora, simpático, ocurrente y de gran valía.
Recibe un saludo muy afectuoso, atte
María del Mar RedingMuchas gracias, Mar, por traernos tus recuerdos, que se unen a los nuestros.
Te animo a que sigas contándonos cosas que nos ayuden a evocar la época en que éramos estudiantes en Gaona
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